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El sobrepeso y obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Ambas surgen como resultado de vivir en entornos alimentarios en donde consumimos una mayor cantidad de calorías de las que necesitamos realmente, cambios en el estilo de vida y mayor sedentarismo. Es una de las causas principales de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, accidentes cerebrovasculares y cáncer (Nyberg et al., 2018), además de representar una carga económica importante para los hogares,  sistemas de salud y sistemas económicos por el alto costo que significa el control y manejo de estas enfermedades.

En el caso de los niños de 5 a 19 años, el sobrepeso y la obesidad se definen como:

  • El sobrepeso es el índice de Masa Corporal (IMC) para la edad con más de una desviación típica por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS, y
  • La obesidad es mayor que dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS.

Qué pasa con los niños y adolescentes

La prevalencia de obesidad infantil en América Latina se encuentra entre las más altas del mundo. Una de cada cinco personas menores de 20 años tiene sobrepeso u obesidad (Sawaya et al., 2003), lo que equivale a 25 millones de niños y 15 millones de adolescentes. En 2014, todos los países de América Latina firmaron el Plan de Acción para la Prevención de la Obesidad en la Infancia y la Adolescencia,  y considera como factores que llevan al aumento de peso el alto consumo de alimentos pobres en nutrientes  y que contienen grandes cantidades de azúcar, grasa y sal;  el consumo habitual de bebidas azucaradas; y actividad física insuficiente (Comité Ejecutivo de la Organización Panamericana de la Salud 2015, Pérez y Kac, 2013).

La obesidad infantil en Chile en aumento

Chile es el noveno país con más niños con mal nutrición por exceso, siendo la obesidad una enfermedad multifactorial, donde los factores ambientales, socioeconómicos y culturales pueden establecer estilos de vida y determinar las prácticas alimentarias. Los niños entre 6 a 8 años presentan similar comportamiento alimentario, asociándose positivamente los niños obesos a las conductas de proingesta, son más rápidos para comer, con menor respuesta a sentirse sin hambre y presentan una mayor ingesta alimentaria en situaciones emocionales negativas (Encina et al., 2019).

Los datos de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB) muestran un incremento importante en la obesidad en niños de primer año básico desde un 7,5% en 1987 hasta un 24,5% el año 2015, mientras que el sobrepeso alcanza un 26,8%. Esto se explica por el alto sedentarismo en los niños y por sus malos hábitos alimentarios. Las últimas intervenciones realizadas en escuelas municipales muestran que la obesidad en los primeros años de educación básica está cercana al 30% y mismo porcentaje para el sobrepeso, lo que significa que 6 de cada 10 niños de educación básica están con malnutrición por exceso (Vio et al., 2017).

El informe del Ministerio de Educación de Chile, señala  que un 44% de los estudiantes chilenos de octavo año básico (13 años), se encuentra con sobrepeso u obesidad y muy bajos niveles de rendimiento físico (Delgado et al., 2017)

Qué pasa con la salud de los niños obesos o con sobrepeso?

La obesidad está presente en todos los grupos etarios y cobra particular importancia en la población infantil,  porque los niños que la padecen tienden a mantenerla y aumentarla en la edad adulta y presentan mayor probabilidad de sufrir a temprana edad resistencia a la insulina, dislipidemia, diabetes tipo 2, hipertensión arterial, problemas osteoarticulares y algunos tipos de cáncer. También se ha encontrado déficit del componente muscular en la población infantil, que se acentúa al aumentar la edad (Alarcón et al., 2016). Adolescentes con sobrepeso u obesidad tienen cinco veces más riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular en su vida adulta en comparación con adolescentes con peso normal. Además este riesgo aumenta con el incremento del IMC (normopeso 12,2%, sobrepeso 20,3% y obeso 39,7%) (Álvarez et al., 2016).

Qué ocurre desde el punto de vista emocional?

La obesidad genera problemas derivados de la falta de aceptación social y baja autoestima. En los niños, el sobrepeso genera que vean su imagen corporal de forma negativa negativa y el rendimiento académico e interacción social se ven afectados por los síntomas depresivos y ansiosos. Factores como el rechazo de los compañeros, las burlas relacionadas con el peso, y las normas sociales internalizadas, juegan un papel importante en la disminución de la autoestima de un niño obeso, afectando numerosos aspectos de la salud y el comportamiento, incluyendo el ajuste social, el compromiso de actividad y la presencia de ansiedad(Delgado et al., 2017).

Qué podemos hacer para generar estrategias de prevención de obesidad infantil?

A un 66,2% de los niños les gusta la cocina, pero sólo un 20% dice saber mezclar y aliñar verduras, hacer un sándwich y pelar y picar una fruta. 20,7% de los niños en edad escolar toman doble desayuno y un 35,7% comen doble almuerzo. 45,0% de los niños lleva dinero con un rango que va de $500 a $1.000 para comprar alimentos muy poco saludables en los kioskos o fuera del colegio. Por lo tanto, en educación en alimentación saludable es fundamental incorporar a los padres, porque si no se hace, lo que se aprenda en la escuela se pierde en la casa.  Entre las potenciales medidas se encuentran disminuir lo que se come en la once y reemplazarlo por alimentos saludables, o cambiar por una cena saludable; eliminar el doble desayuno o doble almuerzo; como colación enviar más frutas y lácteos y evitar golosinas, especialmente las dulces y bebidas o jugos azucarados que deben ser reemplazados por agua; además de la colación, no enviar dinero al colegio y aprovechando su gusto por cocinar, educar en habilidades culinarias a los niños, especialmente para preparar un plato de comida (Vio et al., 2017).

En P&M Foods desarrollamos distintas lineas de productos que se alinean a la estrategia de cocinar más en casa y enseñar hábitos alimenticios saludables. Incorporamos alto contenido de fibra dietaria soluble e insoluble, la cual es necesaria para el control de peso y una mejor salud digestiva, proteínas que ayudan a mejorar la sensación de saciedad, además de otros ingredientes que ayudan en la prevención de algunas enfermedades al consumir los productos en forma periódica. Como sabemos que a los niños les gustan las cosas dulces y son malos para comer legumbres, reinventamos la forma de comer legumbres para que las puedan preparar con sus propias manos,  en minutos y aprovechar todos sus beneficios en un rico muffin, brownie, galletas y otras preparaciones, ya que la alimentación sana tiene que ser rica, divertida  y no un sinónimo de castigo.

Referencias

  1. Alarcón et al., Estado nutricional y composición corporal en escolares de La Serena, Chile . Rev. Chil. Nutr. 43 (2): 138-14
  2. Álvarez et al., Hipertensión en relación con estado nutricional, actividad física y etnicidad en niños chilenos entre 6 y 13 años de edad. Nutr. Hosp.33(2):220-225.
  3. Delgado et al., Imagen corporal y autoestima en niños según su estado nutricional y frecuencia de actividad física . Rev. Chil. Nutr. 44: 12-18.
  4. Encina et al.,Comparación de la conducta alimentaria en niños de diferentes establecimientos educacionales y estado nutricional . Rev. Chil. Nutr. 46 (3): 254-263.
  5. Nyberg et al., Obesity and loss of disease-free years owing to major non-communicable diseases: a multicohort study. Lancet Public Health.3: 490-497.
  6. Pérez-Escamilla R, y Kac G. 2013. Childhood obesity prevention: a life- course framework. Int. J. Obes. Suppl. 3: 3-5.
  7. Plan of action for the prevention of obesity in children and adolescents. Resolution CE154.R2. In: 154th Session of the Pan American Health Organization Executive Committee. Washington, D.C., USA, 16-20 2015.
  8. Sawaya A., y Roberts S. 2003. Stunting and future risk of obesity: principal physiological mechanisms. Cad Saude Publica.19 (1): 21-28.
  9. Vioet al., Diagnóstico de la situación alimentaria y nutricional de niños de tercero a quinto año básico de la comuna de la Reina, Santiago de Chile. Rev. Chil. Nutr. 44 (3): 244-250.
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